Durante el primer semestre de este año, las vías de acceso a puertos en Guayaquil y varias terminales portuarias del sur de la ciudad enfrentaron problemas de congestión. Terminales como la Terminal Portuaria de Guayaquil (TPG) y Bananapuerto se vieron especialmente afectadas. Esta situación se agravó a principios de año cuando algunas líneas navieras trasladaron sus operaciones a diferentes puertos. Este cambio desató una serie de complicaciones logísticas en el acceso a puertos en Guayaquil.
Uno de los principales factores que contribuyó a esta problemática fue el cambio en los centros de operaciones de las navieras. Por ejemplo, Maersk trasladó sus actividades desde el puerto marítimo Simón Bolívar, administrado por Contecon, al puerto de aguas profundas de Posorja, operado por DP World. De manera similar, Mediterranean Shipping Company (MSC) movió sus operaciones a Bananapuerto, gestionado por Naportec. Estos cambios provocaron una redistribución del tráfico de carga, lo que resultó en demoras significativas y largas esperas para los exportadores. Estos exportadores reportaron pérdidas debido a las demoras en la entrega de contenedores.
La congestión en la avenida Los Ángeles, ubicada en la vía Perimetral en el sur de Guayaquil, se convirtió en un cuello de botella para el acceso a los puertos. La situación alcanzó tal magnitud que algunos camiones tuvieron que esperar hasta 30 horas para ingresar a las terminales portuarias. Esta situación generó una preocupación considerable entre los actores involucrados en el comercio internacional, ya que las demoras en la logística pueden tener un impacto negativo en la competitividad y eficiencia del sector.
Para abordar esta crisis, la Terminal Portuaria de Guayaquil (TPG) implementó medidas bajo la dirección de su gerente general, Luisenrique Navas. Coordinó con diversas entidades públicas y privadas. Entre las acciones destacadas, se reprogramaron las operaciones portuarias para optimizar el flujo de carga. También se estableció una colaboración estrecha con la Gobernación, la Alcaldía, la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) y las líneas navieras. Gracias a esta coordinación, se logró aliviar la congestión en las vías de acceso y mejorar la eficiencia en la recepción de cargas.
La reprogramación de las operaciones en TPG incluyó la organización de la recepción de carga en horarios específicos. Estos horarios fueron los miércoles en la noche, jueves, viernes y sábados. Esta medida, junto con la colaboración entre las diferentes partes interesadas, permitió reducir significativamente los tiempos de espera. Además, se restableció la fluidez en el acceso a los puertos en Guayaquil.
Aunque los problemas de acceso a los puertos en Guayaquil han sido mitigados gracias a estas acciones, es esencial que autoridades y empresas continúen trabajando en conjunto. Esto evitará que situaciones similares vuelvan a ocurrir en el futuro. La planificación y coordinación son clave para garantizar que el acceso a puertos en Guayaquil se mantenga eficiente y sin interrupciones. Así, se asegura la competitividad del comercio internacional en la región.
Fuente:
El Universo, TPG
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