La incertidumbre en el transporte marítimo es una preocupación constante para el sector logístico y los importadores ecuatorianos. En junio de 2024, el costo de importar un contenedor desde China a Ecuador se disparó. Alcanzó los US$ 8,000, pero a finales de julio descendió a US$ 5,500. Con la temporada alta aproximándose en agosto, la incertidumbre en el transporte marítimo aumenta debido al traslado de mercancías por Navidad y Fin de Año.
El panorama del transporte marítimo para el resto de 2024 está lleno de incertidumbre. Los problemas geopolíticos y el cambio climático, junto con las altas demandas de mercancías y la guerra comercial entre las principales economías, afectan. Principalmente perjudicando a toda la cadena logística global, y Ecuador no es la excepción.
Uno de los principales problemas es la inestabilidad en el mercado de fletes navieros. Este año, la tarifa por traer un contenedor desde China ha variado considerablemente. En junio, el costo era de US$ 8,000, pero para finales de julio bajó a US$ 5,500. Sin embargo, no hay garantías de que se mantenga en ese nivel, especialmente con la temporada de altas demandas a la vuelta de la esquina.
Según datos de algunas empresas, en el segundo semestre de 2023, la tarifa promedio de un contenedor de 20 pies embarcado en el puerto chino Shenzhen era de US$ 1,600. En julio de 2024, el valor promedio ascendió a US$ 6,000.
China es el principal proveedor de Ecuador de máquinas y aparatos mecánicos y eléctricos, vehículos y partes. También provee plásticos y sus manufacturas, productos químicos y fundición de hierro y acero. Entre enero y mayo de este año, las importaciones desde China sumaron US$ 2,322 millones. Esto según el informe de Expordata de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), con datos del Banco Central.
Hasta marzo de 2024, los costos de los fletes se habían ubicado entre US$ 1,500 y US$ 2,000, mostrando una recuperación en la estabilidad de costos similar a la época prepandemia. Sin embargo, a partir de marzo, los valores comenzaron a aumentar abruptamente. En abril, los importadores ya pagaban entre US$ 6,000 y US$ 8,000 por flete, debido a la demanda anticipada de Europa y Estados Unidos desde China.
El anuncio de altos aranceles a la importación de productos chinos en esos mercados aceleró las compras para sortear las medidas. Esto impactó en la cadena de suministros desde Latinoamérica, obligando a los importadores a esperar más de dos semanas para embarcar las mercancías, además de enfrentar altos costos.
La estrategia de Estados Unidos de aplicar aranceles del 100% a los vehículos eléctricos provenientes de China desde agosto de 2024 ha distorsionado la demanda de fletes navieros. Esta situación se complica aún más con los ataques de los rebeldes hutíes de Yemen en el Mar Rojo. Esto obliga a las navieras a alterar sus rutas y prolongar los viajes.
Actualmente, el tránsito de un buque portacontenedores entre un puerto de China y uno de Ecuador puede demorar hasta 80 o 90 días. Gustavo Cáceres, presidente de la Cámara de Comercio Ecuatoriano-China, señala que la primera carga de importación con beneficios arancelarios del acuerdo comercial con China aún no ha llegado a Ecuador, a pesar de que el TLC entró en vigor en mayo de 2024.
Javier Moreira, gerente general de la naviera CMA CGM en México, explicó que varios factores han causado disrupciones en la cadena logística, aumentando el precio de los fletes. La situación en el Mar Rojo ha obligado a las empresas navieras a cambiar sus rutas comerciales, desviando barcos por el Cabo de Buena Esperanza. Esto ha generado una escasez de contenedores, calculada en cuatro TEUs por cada TEU de capacidad de flota.
La congestión portuaria en Asia y Latinoamérica, junto con restricciones en la operación del Canal de Panamá por la sequía, aumentan la demanda de contenedores. El incremento de la producción china y el cambio en los patrones de consumo han intensificado las demandas logísticas.
Muchos mercados se han recuperado después del Covid-19, alcanzando indicadores superiores a los esperados. La demanda se mantendrá alta en países como México, Brasil, Colombia y Chile, aunque se espera que la nueva capacidad de transporte ayude a equilibrar la tendencia. Sin embargo, los fletes no alcanzarán los picos de la crisis logística por la pandemia.
El costo del transporte en importaciones en mayo de 2024 fue de US$ 5,81 por cada US$ 100 de importación. En abril, el costo fue de US$ 5,40 por cada US$ 100 de importación, un incremento del 7,6%, según Fedexpor.
El gremio de exportadores anticipa que la presión sobre el sistema de transporte marítimo aumentará durante la temporada alta de importaciones. Esto podría resultar en tarifas de flete más elevadas y mayores desafíos logísticos.
El incremento del flete también aumenta el monto de aranceles que debe pagar el importador, impactando aún más en el precio al consumidor. En 2022, cuando se desató la crisis logística, los costos aumentaron en más de 900%. La Cámara de Comercio de Guayaquil gestionó una reforma para que el costo del flete no se incluyera en la base imponible para el cálculo de aranceles, lo que significó un alivio. Sin embargo, en diciembre de 2023, el actual gobierno volvió a incluir el flete en la base imponible.
Actualmente, los comerciantes deben pagar nuevamente altos aranceles, además del flete elevado, perjudicando a los consumidores.
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